¿Porque llevar a mi gato a una atención especializada felina?

Desde los años ochenta se ha visualizado a nivel mundial un mayor progreso en la medicina interna de mascotas, evidenciada aún más con el surgimiento de los alimentos peletizados comerciales para mascotas y sus diversas marcas.  Tal vez aunado a los cambios modernos  y estilo de vida humana en donde las mascotas empezaron a ocupar un importante espacio en nuestra rutina.  Durante estos años el surgimiento de los gatos como mascotas no formaban parte de la mayoría de las atenciones clínicas, los propietarios de felinos eran limitados y los profesionales veterinarios diferenciaban ciertas patologías específicas de la especie, pero con un manejo mayoritario equivalente a “perros de talla chica”.

El aumento de la tenencia de mascotas felinas, con los años, ha llevado a un mayor estudio y conocimiento de esta especie.  Resulta indispensable señalar que es una especie diferente a la canina, de la misma manera que los equinos (caballos) resultan ser diferentes a los bovinos (vacas) por lo que las diferencias son bien detalladas:

  • Los felinos son carnívoros, a diferencia de los perros (omnívoros).  Esto lleva a que existan diferencias marcadas en el factor nutricional e incluso en su morfología dentaria (especializada para desgarro de carnes).
  • Los felinos son más prolíficos que los perros: Diferencia notable en comparación al estándar de las perras en donde el celo promedio es de dos veces al año comparado con los gatos donde podemos tener más de 4 partos al año. Esto relacionado a otra diferencia notable: el ciclo estral de las gatas es dependiente del factor de luz, por lo que en países como el nuestro donde el fotoperiodo supera las ocho horas durante todo el año, las gatas presentan celo durante los 365 días del año, sin embargo en países de cuatro estaciones, donde el factor de luz es más pronunciado en verano, se considera este periodo como etapa reproductiva.
  • Es una especie considerada con mayor resistencia a las enfermedades infecciosas y entre estos con mayor susceptibilidad a las enfermedades virales en lugar de las bacterianas. Esta diferencia resulta ser clave para demostrar que el manejo médico de esta especie conlleva una diferencia conocida en el listado de posibles enfermedades y tratamientos a diferencia de las mascotas caninas (tal vez no se requiere dosificar antibióticos de igual manera que en los perros).

Las áreas o clínicas orientadas a la atención felina conllevan, por ende, características distintas dentro de los centros de atención veterinaria.  El principal factor por el cual se recomienda cumplir con esta separación y diferenciación se esfuerza en evitar “el estrés felino”.  El gato es una especie poco tolerante a los cambios y es bien conocido que todo cambio crónico en su rutina ambiental (ingreso de un nuevo gato, falta del propietario, reubicación de muebles) puede conllevar al surgimiento secundario de enfermedades por inmunosupresión (enfermedades urinarias, piel, boca, etc). Un desencadenado estrés agudo, como en el día en que se decide llevar a la mascota a evaluación veterinaria,  puede desencadenar incomodidad hasta terror: el encierro dentro de la jaula de transporte; tolerancia a los movimientos del auto; ladridos de perros en la sala de espera o visualización de otras mascotas felinas (siendo los gatos una especie sumamente territorial), entre otros aspectos.

El estrés puede conllevar  aspectos indeseados durante la evaluación médica, afectando el manejo, el examen físico, la posibilidad de toma de muestra (sangre, orina, etc.) para llegar al diagnóstico.    Con el objetivo de evitar estas problemáticas se suele basar la atención felina en:

  • Salas de espera alejadas de ladridos de perros, tal vez reemplazadas por sonidos armoniosos (música instrumental) y sin la visualización de otras mascotas.
  • Obtención del historial médico por parte del propietario previo a exteriorizar a la mascota de la jaula de transporte.
  • Cumplir el principio de exponer el menor tiempo posible al gato sobre la mesa de evaluación.
  • Realizar de modo prioritario manejos agradables durante dicha evaluación en lugar de manejos aprensivos o firme sujeción.
  • Manejo intrahospitalario exclusivo para la especie que cumplan los mismos principios de evasión de ruidos, caja de arena, cama de descanso, área de escondite (en caso de pacientes temerosos).

Estos y otros factores de manejo resaltan diferencias notables en la atención de estas queridas mascotas singulares.

Por: Dr. Francisco Wray – Médico Veterinario de Mundo Animal

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